En este blog van a encontrar instrucciones de trabajo, material importante para el desarrollo de la clase, enlaces útiles y seguros donde buscar información y todo lo que se considere de interés para el proceso de enseñanza y de aprendizaje que llevaremos juntos a lo largo de este año. En este espacio podrán volcar sus dudas y sus ideas a través de los comentarios.
"Los medios de comunicación son la entidad más poderosa de la Tierra. Ellos tienen el poder de hacer culpable al inocente e inocente al culpable y éste es el poder. Porque ellos controlan la mente de las masas." (Malcolm X)
jueves, 25 de mayo de 2017
domingo, 14 de mayo de 2017
Cuentos anti princesas...
Los alumnos y las alumnas de Segundo año escribieron parodias de cuentos tradicionales. Entre los muy buenos relatos que escribieron, elegimos dos. Que los disfruten.
Un beso para los enanos
Paloma Barreto
Había una vez en un lejano reino una
bella princesa llamada Blancanieves. Su madrastra, la reina malvada, la
obligaba a hacer todas las tareas domésticas.
Pero un, día Blancanieves se rebeló
contra ella y escapó al bosque en busca de menos responsabilidades, para poder
realizar su verdadera pasión: los vídeo juegos.
En su camino, la princesa se encontró
con varios animales feroces, entonces decidió sacar su espada y deshacerse de
ellos. Una vez que los animales estuvieran fuera del camino, retomó su travesía
hacia quién sabe dónde.
Luego de caminar por un largo rato,
Blancanieves encontró en las profundidades del bosque una diminuta casita y
pensó que era su oportunidad perfecta para descansar.
Cuando decidió entrar, se encontró en
un mar de inmundicia y suciedad, pero se fio que toda esa mugre era porque la
vivienda estaba abandonada. Vio unas minúsculas escaleras y al subirlas
descubrió siete pequeñas camas, el lugar perfecto para acostarse y dormir. Y
así fue, cuando la bella princesa se recostó, entró en un sueño profundo.
Al despertarse se halló atada a una
silla con siete enanitos alrededor de ella. Estos pequeños seres
le exigían a la princesa que fuera su mucama. Blancanieves no tenía
escapatoria, estaba encerrada en esa casa.
Así que, todos los
días ella se levantaba, veía como los enanitos se iban a
trabajar y se quedaba limpiando. Ya había pensado todas las maneras
de escapar, pero ninguna era posible.
Hasta que un día, mientras realizaba
su función, una ancianita tocó la puerta y pidió pasar. Blancanieves, que no
era estúpida, no iba a dejar pasar a la casa a una persona desconocida. La
vieja, desilusionada, se fue; pero al irse dejó caer una roja manzana. La
princesa la recogió y la olió. Descubrió que esa no era una fruta común,
así que esperó a que los enanitos volvieran de trabajar e hizo que todos
probaran la inusual manzana. De pronto, todos los enanos yacían en el piso sin
vida. Culpable, Blanca Nieves, buscó por todo el reino siete bonitas
enanitas para que besaran a los enanos y pudieran por fin despertar.
Persiguiendo un sueño
Sol
Folgarait
Hoy es el
día, hoy le daré la carta al príncipe. Entro a su oficina llena de retratos y
la dejo sobre su escritorio.
Querido Príncipe:
Estoy más que agradecida por lo que hiciste por mí, y jamás podré
completamente agradecértelo. Pero vivir en este castillo no es lo que mi
corazón desea. Iré a la Universidad de Londres a estudiar Diseño de
indumentaria, ya que ese es mi deseo más profundo. Espero que entiendas que
quiero algo más para mi futuro que ser una princesa encerrada en un castillo.
Con Amor, Cenicienta
Desde que el joven leyó la carta, duplicó las guardias nocturnas y no
puedo dar un paso fuera de mi cuarto sin que un vigilante me vea. Así que
decidí, con ayuda de mis amigos ratones y pájaros, escapar por la ventana, para
así pasar silenciosamente por los jardines del palacio en donde el hada madrina
me está esperando con un carruaje listo para ir a Londres. Y así es: nos subimos
al carruaje rumbo a la aventura más grande de mi vida.
Llegamos a
la Universidad justo a tiempo para exámenes de ingreso. Preguntan mi nombre. “Rebecca
Jones”, digo. Lo estuve pensando durante el viaje, ya que odio el
nombre “Cenicienta” y quiero aprovechar la oportunidad de
cambiarlo.
Soy una de
las primeras personas en entregar el examen, así que vuelvo a mi lugar a esperar
que lo corrijan y me digan la peor o mejor noticia de mi vida.
Cuando me
llaman para darme el resultado: ¡Obtuve la beca!
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