"Los medios de comunicación son la entidad más poderosa de la Tierra. Ellos tienen el poder de hacer culpable al inocente e inocente al culpable y éste es el poder. Porque ellos controlan la mente de las masas." (Malcolm X)



domingo, 14 de mayo de 2017

Cuentos anti princesas...

Los alumnos y las alumnas de Segundo año escribieron parodias de cuentos tradicionales. Entre los muy buenos relatos que escribieron, elegimos dos. Que los disfruten.
Un beso para los enanos
Paloma Barreto

Había una vez en un lejano reino una bella princesa llamada Blancanieves. Su madrastra, la reina malvada, la obligaba a hacer todas las tareas domésticas.
Pero un, día Blancanieves se rebeló contra ella y escapó al bosque en busca de menos responsabilidades, para poder realizar su verdadera pasión: los vídeo juegos.
En su camino, la princesa se encontró con varios animales feroces, entonces decidió sacar su espada y deshacerse de ellos. Una vez que los animales estuvieran fuera del camino, retomó su travesía hacia quién sabe dónde.
Luego de caminar por un largo rato, Blancanieves encontró en las profundidades del bosque una diminuta casita y pensó que era su oportunidad perfecta para descansar.
Cuando decidió entrar, se encontró en un mar de inmundicia y suciedad, pero se fio que toda esa mugre era porque la vivienda estaba abandonada. Vio unas minúsculas escaleras y al subirlas descubrió siete pequeñas camas, el lugar perfecto para acostarse y dormir. Y así fue, cuando la bella princesa se recostó, entró en un sueño profundo.
Al despertarse se halló atada a una silla con siete enanitos alrededor de ella. Estos pequeños seres le exigían a la princesa que fuera su mucama. Blancanieves no tenía escapatoria, estaba encerrada en esa casa.
Así que, todos los días ella se levantaba, veía como los enanitos se iban a trabajar y se quedaba limpiando. Ya había pensado todas las maneras de escapar, pero ninguna era posible.
Hasta que un día, mientras realizaba su función, una ancianita tocó la puerta y pidió pasar. Blancanieves, que no era estúpida, no iba a dejar pasar a la casa a una persona desconocida. La vieja, desilusionada, se fue; pero al irse dejó caer una roja manzana. La princesa la recogió y la olió.  Descubrió que esa no era una fruta común, así que esperó a que los enanitos volvieran de trabajar e hizo que todos probaran la inusual manzana. De pronto, todos los enanos yacían en el piso sin vida.  Culpable, Blanca Nieves, buscó por todo el reino siete bonitas enanitas para que besaran a los enanos y pudieran por fin despertar.
Persiguiendo un sueño
Sol Folgarait 

Hoy es el día, hoy le daré la carta al príncipe. Entro a su oficina llena de retratos y la dejo sobre su escritorio.


Querido Príncipe:
Estoy más que agradecida por lo que hiciste por mí, y jamás podré completamente agradecértelo. Pero vivir en este castillo no es lo que mi corazón desea. Iré a la Universidad de Londres a estudiar Diseño de indumentaria, ya que ese es mi deseo más profundo. Espero que entiendas que quiero algo más para mi futuro que ser una princesa encerrada en un castillo.
                                               
      Con Amor, Cenicienta

 Desde que el joven leyó la carta, duplicó las guardias nocturnas y no puedo dar un paso fuera de mi cuarto sin que un vigilante me vea. Así que decidí, con ayuda de mis amigos ratones y pájaros, escapar por la ventana, para así pasar silenciosamente por los jardines del palacio en donde el hada madrina me está esperando con un carruaje listo para ir a Londres. Y así es: nos subimos al carruaje rumbo a la aventura más grande de mi vida.
Llegamos a la Universidad justo a tiempo para exámenes de ingreso. Preguntan mi nombre. “Rebecca Jones”, digo. Lo estuve pensando durante el viaje, ya que odio el nombre “Cenicienta” y quiero aprovechar la oportunidad de cambiarlo.
Soy una de las primeras personas en entregar el examen, así que vuelvo a mi lugar a esperar que lo corrijan y me digan la peor o mejor noticia de mi vida.
Cuando me llaman para darme el resultado: ¡Obtuve la beca!